miércoles, 28 de diciembre de 2016

CORAZÓN

Puedo perder la billetera, las llaves, el celular. Puedo perder un brazo, un ojo, las dos piernas. Puedo perder la cabeza , la razón, el juicio, la compostura. Pero al corazón no lo pierdo, por más que lo intente. Siempre vuelve, domina en mí. Para bien o para mal.

EL RÍO

El río habla en un rugido constante. Cuando está alto grita bien fuerte. Cuando está bajo es suave, como un murmullo. Pero nunca se caya. Ruge porque se mueve, porque fluye. No importa si tiene mucha o poca agua, mucha o poca fuerza. Puede tapar las piedras o pasarles por debajo. Pero siempre avanza, porque está vivo.

martes, 16 de junio de 2015

LAS MONTAÑAS

Las montañas allá, a lo lejos, inmensas. Atrás de los edificios, en el horizonte. Y Nosotros acá, en este pozo de cenizas y asfalto. Caminando en hileras, como hormigas, por viaductos gigantes. Mares de cemento, ríos de piedra. Borrachos, por las noches. Tambaleándonos entre los autos, los mendigos, las putas y los doidos. Y las montañas allá, inalcanzables, eternas. Como gigantes dormidos, esperando. Algún día llegaremos a las montañas.

martes, 28 de abril de 2015

28/04/2015 BH

No fue en una playa de arena blanca mirando el sol morir en el mar azul, calmo y eterno. No fue en el pico de una montaña sintiendo el viento en la cara y el pasto escurriéndose entre los dedos de los pies descalzos. Fue en el cemento gris y sucio. Entre el humo espeso. El zumbido triste de los híbridos auto-gente, corriendo atrás de las horas por veredas mustias. Entre las tribus en casas de cartón que estiran los brazos implorando una moneda. A la sombra de edificios que se elevan como espejos gigantes acariciando las nubes, reflejando el color apagado de las calles contra el vivo azul del cielo. Caminando entre zombies de ojos vacíos que fuman su alma por tubos de plástico, escondidos en oscuros rincones. Como si necesitara ese peso aplastándome. Exprimiéndome hasta la última gota. Como el mecanismo de defensa de un bicho extraño. Explotando. Como una bomba ante el impacto. Las palabras, como esquirlas cortando el aire. Vuelvo a escribir.

jueves, 23 de abril de 2015

EL CÍRCULO

El pie sucio aplasta la lata, la mano la tira en la bolsa. En su mano otra lata, limpia, fría, entre pisotón y pisotón se la pasan , cada uno le da un trago. La acción se repite muchas veces. Yo miro por la ventana del bondi, el sol prende fuego Río y casi no se puede respirar. Me despego la remera del cuerpo cada cinco minutos. Ellos están al rayo del sol, viven al sol, sus espaldas se queman a través de las camisas llenas de tierra. Uno da el último trago y aplasta la lata, la tira en la bolsa junto a las otras, el círculo se cierra. El semáforo cambia a verde y el colectivo se mete de nuevo en el caos del tráfico, yo vuelvo a casa. Ellos están en su casa. Se sientan en el pasto con el botín de aluminio en la bolsa. El sol arde allá arriba, quemándonos a todos. Yo vuelvo a casa. Ellos viven acá.

jueves, 9 de octubre de 2014

HOY

Te miraste las piernas y los codos, todos raspados. Te acordaste del sol de las siestas, del pasto, las veredas, los patios, las plantas y las piletas de lona. Te miraste las zapatillas llenas de tierra. ¿Que viniste a buscar? ¿Vas para adelante o para atrás? Si volves es para buscar algunas cosas que te olvidaste Después seguís para adelante. El sol te da en los ojos. Todo se enciende como un fuego, no ves nada, pero seguís caminando.

jueves, 29 de mayo de 2014

COLD DAY IN THE SUN

Fue un día de semana pasado el mediodía, yo había cocinado para el almuerzo una especie de guiso de arroz similar a los que cocinaba mi abuela. El día estaba un poco fresco pero el sol brillaba muy fuerte. Después de comer salimos a la calle y mientras caminaba la sensación del sol y el aire frío en la cara me recordaron directamente a mi infancia. No porque haya recordado algún hecho concreto de esa época, no era eso. Era un sentimiento, un sentimiento que había tenido en miles de tardes de invierno cuando era un niño. Una mezcla de los sabores del almuerzo, el aire frío, el sol cálido y la sensación de que había mucho por delante y de que nada de lo que estaba en el futuro era predecible, rutinario u obvio. Un sentimiento mezcla de esperanza y temor tan familiar y olvidado por tantos años, enterrado en lo profundo de la rutina y el tedio. Ahora renacido, en una vida sin horarios, sin certezas, en blanco, llena de esperanzas y temores.